Íbamos desde Bustarviejo a Miraflores, pasando por el puerto de Canencia, la chorrera de Mojanavalle y el Perdiguera, pero cometimos dos errores que nos metieron por un camino realmente complicado, y dadas las condiciones del día, con un punto de peligro.
Fuimos en trasporte público (bus) desde Madrid a Bustarviejo y volvimos en el mismo bus, línea 725, desde Miraflores. Desde Bustarviejo hasta la chorrera fuimos siguiendo el camino marcado, con o sin GPS esta parte del camino no tiene perdida. En el puerto de Canencia apareció la nieve. Al principio unas pequeñas manchas de 2cm de profundidad, que según fuimos subiendo llego a tener mas de medio metro de profundidad. La nieve estaba muy húmeda y muy blanda, resbalaba y, yo al menos, me hundía con facilidad. En la chorrera ya había mucha nieve. Subimos desde la chorrera por la directa. Al llegar a un camino cometimos el primer error, ir a la derecha en vez de a la izquierda, o mejor continuar por la directa, casi de frente. Tenía que haberlo mirado en el GPS y hubiera evitado este error. Después fuimos siguiendo, mas o menos un camino paralelo al que debíamos haber tomado. En el momento que cometimos el gran error del día, continuar hacia abajo en vez de seguir según íbamos, esta vez si lo dije, estábamos a 300 metros del inicio de la subida al Perdiguera y a menos de 800 metros de la cima del Perdiguera y con casi toda la altura subida. No todo el mundo cree en el GPS, los hay que ni creen y confían en el GPS, siguen anclados en mapa, brújula, su intuición y en el porque lo digo yo. En estos casos es realmente difícil negociar el camino a seguir. Durante todo el camino con nieve hubo niebla, no muy densa, unos 50 metros de visibilidad, con lo que no teníamos referencia visual. En el momento en el hubiésemos tenido que parar y reflexionar, uno del grupo tiro por la calle del medio y nos metió por un camino extraordinariamente difícil. El "camino" estaba compuesto de nieve blanda sobre hierva, nieve blanda sobre piedra, nieve blanda sobre matorral y piedra mojada. El que menos se cayó 10 veces. Salimos todos bien, como siempre felices y contentos por haber superado la prueba.
