En esta época del confinamiento dicen que nos ha dado a todos por la cocina. En los supermercados se ha terminado la harina, la levadura, el chocolate... Nos ha dado por hacer pan y dulces, cualquier tipo de dulce.
Yo también estoy en ello. Pan por noches, amasado, y pan horneado a primera hora de la mañana. Bizcochos, pan, rosquillas y galletas hasta que termine el confinamiento.
Rosquillas: Ideales si tienes niños en casa. Los puedes poner como pinches de cocina, dando forma a las rosquillas.
Necesitas:
- Tres huevos.
- Otros tres huevos o un yogur, o 200cc de nata.
- Un vaso (vaso de chato de vino, el vaso del yogur o medio vaso de agua, o similar) de aceite de oliva.
- Azúcar, al gusto. Puedes utilizar el mismo vaso con el que has medido el aceite de oliva. De uno a tres vasos.
- Un chupito o copita de anís, o una cucharadita de anís molido. Si no tienes anís puedes probar con otra cosa (canela, vainilla, rayadura de limón o naranja, ¡la imaginación al poder! ..). Las rosquillas también se pueden hacer sin añadirles nada.
- Un sobre de levadura Royal o, en vez de harina normal, utilizar harina para bizcochos que ya trae la levadura incorporada.
- Harina, la que sea necesaria. Creo que aproximadamente medio kilo. Se incorpora poco a poco, un poco de harina, amasas, un poco de harina, amasas,... hasta que la masa no se pegue en los dedos.
- Tomas una bola de masa y le das forma de rosquilla. Si en vez de darles forma de rosquilla las aplanas, salen hojuelas. Finitas.
- Es mejor preparar todas las rosquillas antes de empezar a freír. Se tarda muy poco en freír una rosquilla.
- El aceite de freír es mejor, al principio, que esté un poco bajo de temperatura. Fríe un par de rosquillas hasta que le pilles el punto a la temperatura del aceite.