Dormimos en San Pedro, habíamos quedado con los de telefónica en que nos uniríamos con ellos en Somosierra y a la vuelta el autobus nos dejarían de nuevo en Somosierra. Al despertar en San Pedro había niebla, frío húmedo, siete bajo cero. Llegamos al puerto con tiempo de tomar un café y poco mas. Al poco llegó el bus con los compañeros de fatigas. No se bajó mas que la mitad, el resto se fueron directamente a Prádena, a darse una vueltecita y comerse un cordero.
Al comenzar a andar hacía frío, mucho frío, pero poco a poco fuimos entrando en calor. No eramos los únicos, casi no pudimos aparcar. De hecho tuvimos que aparcar en la iglesia, no en la puerta del hotel, que es lo que habitualmente hacemos. La marcha fue un poco mas lenta de lo esperado, caminar sobre la nieve es un poco lento, pero disfrutamos de un magnifico día de montaña.