lunes, 8 de mayo de 2017

Recuperando un par de cribas de cuero endurecido.

El otro día encontramos huellas de rata en la caseta de la era, donde tenemos el trigo de las gallinas. Revolvimos todo, no encontramos el nido de las ratas, pero si encontramos un par de cribas de cuero. Debían llevar mas de treinta años allí, bastante mas. Años y años de 10º bajo cero en los inviernos y probablemente 50º grados algunos días en verano. 

Según wikipedia: Criba, harnero, zaranda, cribo o juera.

Una de ellas, la primera que vimos, estaba muy dañada y,  o bien no hice la foto o bien la he borrado, parecía prácticamente irrecuperable. La otra mantenía en una mitad la forma redonda pero la otra mitad el bastidor se había desclabado y ese lado estaba mas bien plano.


Ambas cribas son de cuero troquelado clavado a un bastidor de madera. En ambas el bastidor estaba deformado, el cuero estaba (y está) endurecido. En su momento el cuero se debió rajar y ambas cribas están toscamente reparadas, reparación utilitaria, reparadas para poder seguir usando las cribas.
Me lanzo, sin meditarlo mucho a restaurar la primera criba. El resultado final no ha sido malo pero podía haber sido un desastre, debía haberlo pensado con mas detenimiento.
Desclavé el cuero, primer gran error, y lo sumergí en agua, segundo y aun mas grave error. Lo tuve toda la noche en remojo y al día siguiente el cuero estaba bastante flexible. Hasta ahí todo parecía que iba bien. Sujeté el cuero a una tabla, pensaba que al secarse el cuero se volvería a deformar e intenté que eso no sucediera. Efectivamente no solo se deformo, volvió a endurecerse. En mojado retiré la tosca reparación  de las roturas del cuero. Me equivoqué, tercer error. En mi casa del pueblo solo estoy los fines de semana, dejé el cuero secándose al aire toda la semana. Error, en este tipo de restauraciones hay que estar encima, son muy lentas y hay que estar muy pendiente. Encima no se que fue de las fotos.

Cuero mojado. Puede verse que falta material.

Bastidor

Una semana después.Cuero seco, rajado y separado.
La segunda criba me la traje a Madrid, y dada la sensación, certeza,  que tenía de no haberlo hecho demasiado bien con la primera, me lo tomé con tranquilidad.




Pego, con silicona, el bastidor. Sin forzar, solo con el fin de sujetar bastidor y cuero.

Sujeto unas horas con mordazas el bastidor 

Utilizo silicona (de los chinos) porque sujeta especialmente bien y muy es fácil de quitar posteriormente. En internet hay varios productos que, según ellos, devuelven la flexibilidad al cuero. Tengo mis dudas, las suficientes para no probar un producto de 20€ la botella. En un trabajo anterior descubrí que las leches  o cremas hidratantes, las que utilizan todas las mujeres y se venden en botellas de litro, devuelven una cierta flexibilidad al cuero, al menos mientras permanezca húmedo. Con crema hidratante y paciencia, un poco de crema, esperando y estirando poco a poco el cuero eliminé las dobleces, recuperé, mas o menos la forma original del cuero. Está vez no desmonté nada, sencillamente con crema hidratante y paciencia desarrugué el cuero, aunque no del todo, no quise forzarlo y quizás romperlo al llevar los estiramientos al extremo. Recuperada la forma del cuero (+-), con un cuchillo corte la silicona que unía el bastidor. Pese a que la silicona pega fuerte, se corta fácil y limpiar los restos de silicona es muy sencillo, se arranca con los dedos.
Era el momento de intentar recuperar la forma del bastidor. Con unas tablas forcé la forma circular del bastidor. Volví a sujetarlo con silicona y con las mordazas. Esta vez, además, moje varias veces el bastidor con un spray de agua. Un par de días después el resultado es bastante aceptable. Para finalizar terminé de clavar la parte desclavada del cuero en su posición.




Recupero el trabajo de la primera criba. Me sentía un poco cabreado por haberme lanzado sin pensarlo dos (o tres) veces. Miraba el trozo de cuero y pensaba ¿Qué voy a hacer con esto?
Esta vez el bastidor estaba partido, después de varios intentos de colocar las dos partes del bastidor me di cuenta que de las dos mitades una no era originariamente de la criba, ni en forma ni tamaño.  Decidí empezar volviendo a clavar el cuero a la mitad mas grande del bastidor. Abundante crema hidratante, espera y paciencia para llevar el cuero a su forma original con los dedos. Algún clavito, crema hidratante, espera y paciencia para recuperar la forma...




Paciencia y tiempo. ¡Por fin ya tengo de nuevo el cuero sobre el bastidor¡ El cuero sigue retorcido y duro. Crema hidratante, en este caso con aloe vera, abundante, por todo el cuero. Doy una forma aproximada al bastidor, coloco peso sobre el cuero y a esperar. De vez en cuando riego con el spray de agua el bastidor.




Reparo las roturas en el cuero, utilizo los propios agujeros de la criba como ojales, mojo la cuerda, cuando se seque tirará del cuero, y la coloco en aspa, como si fuese un cordón de zapatos.
Me doy cuenta de que la segunda mitad del bastidor no es de la criba. La retiro y decido sustituir el material que falta por contrachapado, yo pienso que en una restauración hay que resaltar lo que no es original, la parte del bastidor que me falta.







Mas crema hidratante, mas espera, mas paciencia, intento recuperar la forma original. Coloco el contrachapado, fuerzo la forma circular del bastidor hasta que casi tengo la forma original. Doy la vuelta al bastidor e intento estirar un poco mas el cuero. Crema hidratante  y paciencia. Retiro algunos clavos, recoloco el cuero y los clavos.



Remacho los clavos. Como estoy trabajando sin las herramientas adecuadas, improviso, voy colocando un formón debajo de cada clavo antes de remacharlo.






Sustituyo, en realidad fue mi mujer la que lo cosió,  el cuero que falta por un retal de cuero negro que teníamos por casa. 
Los puntos toscos son los míos.