Plaza de España 3,4,5. ¡Que pena!

Los trece o catorce primeros años de mi trabajo en Telefónica, salvo unos meses que estuve en la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta, los pase en uno de esos tres edificios. Cada dos o tres años nos cambiaban de planta o edificio, pero fueron catorce años en ese conjunto, que aunque nominalmente eran tres edificios solo tienen una entrada.

En el año 1999, o quizás en el 2000, Telefónica los vendió. Dicen que los vendió por doscientos millones de euros. Bonito pelotazo urbanístico en pleno centro de Madrid. Doscientos millones.

Nosotros, los trabajadores, recogimos nuestros petates y nos trasladamos a otro sitio, a donde nos dijeron. Perdimos eso si el centro de Madrid, sus bares, sus tiendas, su ambiente.

Durante años estuvieron cubiertos por un andamio, parecía que iban a hacer algo con ellos. El autobús del grupo de montaña de telefónica tiene su salida en la puerta de esos tres edificios. Cada dos semanas podíamos ver que el andamio recogía roña y que las obras no avanzaban. El conjunto, pese a todo, se conservaba, había vigilantes. Poco a poco se fue degradando, y como el autobús además de salir de la plaza de España para en la plaza de Castilla, que me pilla mejor, yo dejé de verlos con regularidad.

Hace tres o cuatro días vi en televisión un reportaje sobre "unos edificios abandonados en pleno centro de Madrid". Están ocupados por indigentes de distintas nacionalidades, algunos grupos hacen botellón en la terraza, hay un grupo de rumanos  que cobra entrada al edificio (supongo que a los del botellón y otros turistas, las vistas desde las plantas altas son magnificas), los cristales están rotos y los del botellón, está claro por las imágenes de la tele, no se llevan las botellas vacías.

Doscientos millones. ¿Cuanto ganaba? o gana el responsable de esta ruina. Doscientos millones, no ahora que la burbuja inmobiliaria a explotado, doscientos millones en plena expansión de la burbuja. ¿Quién elige a esos imbéciles, o a esos ladrones, que nos han llevado a la ruina?¿Por qué no están en la cárcel?¿Por qué no pagan con su patrimonio?¿Por qué lo tenemos que pagar entre todos?
¡No al rescate de la banca! Al menos no con mi dinero, no con dinero público. No a convertir deuda privada en deuda pública.

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