jueves, 2 de febrero de 2012

Ya no me quedan grapas.

Tenía hora con el médico a las dos y media. Andando, de mi casa al hospital tardo normalmente unos tres cuartos de hora y por tanto salí de casa a la una y media. Llegue al hospital antes de las dos ¡Qué frío hace hoy! Saludé a la secretaria, dije aquella tontería de "ya estoy aquí, he llegado pronto", compre el periódico y me dispuse a esperar media hora. El médico también llego un poco pronto, sobre las dos y diez. Miro la herida y, después de pensárselo mucho, me dio el volante para que me quitaran los puntos. Me peleé con la burocracia para quitar puntos del hospital, que no coincidía con la burocracia para quitar puntos del martes, subí al hospital de día, me quitaron los puntos y a las tres y media ya estaba en casa (volví en metro a casa).
La cicatriz me pica un poco pero el resto de las molestias están desapareciendo, empiezo a estar seguro de que eran las propias grapas las que las provocaban.

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