sábado, 8 de octubre de 2011

Kinga. El rapto de Kinga.

¿Kinga? ¡Si Kinga!. Yo no le puse el nombre, se lo puso David, o Irene, o quizás alguno de sus amigos.
 Nos hemos llevado a la cuadra uno de los gatitos (creo que es gata) de la era. Pensamos que la mejor manera de llevarla era en una caja grande, pero nos equivocamos. No le gustó nada que intentáramos meterla en una caja, aunque no nos arañó. Conseguimos meterla en la caja y cerrar la tapa cruzando las solapas de la caja. La pobre Kinga sacaba las patitas y el morro por las rendijas que dejaban las solapas. Al final Use la tuvo que coger y llevarla todo el camino acariciándola. En la cuadra se notaba que estaba rara, se escondía un poquito, nos bufaba pero se dejaba acariciar y ronroneaba cuando la estabas acariciando. La dejábamos sola, volvíamos un poco mas tarde y seguía estando un poco desconcertada. Al final, cuando ya la veíamos un poco mas alegre, se asusto mucho cuando encendimos la aspiradora. Esta vez si se escondió de verdad, nos costo encontrarla (estaba escondida entre la leña).


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